martes, 11 de diciembre de 2007

Un Segundo y...

En un sólo segundo la vida cambia, da un giro de ciento ochenta grados y te quedas con tu mundo a las espaldas, relegándote a la más absurda oscuridad.

En este tiempo, tan mínimo, efímero…me ha dado tiempo a hacer un guiño, y medio ciega por un ojo, he visto más allá que en cien años de vida. He visto la muerte, el frío, el desgarro más doloroso del alma.

He podido viajar al absurdo con más sentido que jamás hubiera imaginado, mi propia existencia…y en ese segundo, multiplicado y dilatado por una mente vagabunda en mi alma, me hallé en todos los átomos de mi materia, empobrecida y desvalida.

Es un chasquido de dedos, tras el cual los oídos retienen toda la magia del universo. Es un abrir y cerrar de los mil colores que tiene mi mariposa imaginada en sus alas, tras el cual, una pequeña brisa peina las pestañas de todo aquel que se atreva a paralizarse y quedarse absorto con ella…

Puede ser el segundo más eléctrico, que eriza la piel y tensa el cuerpo del amante más fiel a sus deseos, y puede ser, por qué no, el segundo más amargo descubierto, tras encontrarte delante de una puerta que no puedes, no sabes, o no quieres abrir…

Es un segundo que pasó, que está, que vuelve a pasar, un segundo perdido en la lejanía de un recuerdo sin reloj.

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